Hoy es un día muy especial para compartir con la familia, amigos, vecinos y conocidos la llegada del Niño Dios. Con él muchas cosas buenas llenas de esperanza y amor para todos. Simbólicamente es el momento de renovar nuestro interior y sacar tantos rencores, frustraciones, y malos deseos para llenarnos de positivismo, paz, ilusiones, nuevos sueños, y alegrías.
Si no sabes cómo empezar te invito a que hagas un pare y busques un espacio de tu día para reflexionar y hablar contigo mismo. Deja lo que te distrae, toma media hora en tu cuarto, baño o en tu trabajo y escribe una lista de cosas buenas que tienes y que agradeces a Dios. Luego escribe otra columna lo que deseas y en otra columna lo que quieres cambiar. Ese momento de intimidad te llenará de sabiduría y te limpiará tus cargas. Es como una confesión, un despojo de todo lo que vas arrastrando y desgastando.
La vida es continuo aprender que nos permite crecer y madurar… Es como cuando hay que tomar un examen si lo pasas está bien y si no hay que repetirlo… Es la única manera de evolucionar y llenarnos de sabiduría.
Yo te invito a que hoy celebres tu vida, te rías y des gracias a Dios por todo. ¡Que sea una Noche Buena en todo! Que la llegada del Niño Dios te llene de buenos deseos y que de su mano logres hacerlos realidad. ¡Feliz Navidad!
